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Salud mental: Hablemos de lo que nos pasa

El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, por lo que es fundamental permitirnos un espacio de reflexión sobre cómo el estigma sigue siendo una de las principales barreras para el cuidado emocional y el acceso a la ayuda profesional.

Hablar sobre salud mental todavía genera incomodidad en muchas personas, a menudo se evitan temas vinculados a las emociones, se oculta el malestar emocional o se utilizan lenguajes cargados de prejuicios para referirse a quienes atraviesan por dificultades emocionales. Sin embargo, ignorar lo que sentimos no hace que el malestar desaparezca, por el contrario, podría incluso aumentar aún más.

El estigma en salud mental se suele presentar de dos formas:

• En lo social, cuando la sociedad emite prejuicios hacia quienes tienen un diagnóstico psicológico
• En la autoestigma, cuando la persona internaliza estos prejuicios y se avergüenza de pedir ayuda.

Ambos contribuyen a que miles de personas posterguen o eviten buscar ayuda e iniciar tratamiento.

Romper con el estigma comienza en casa, en la escuela y en los lugares de trabajo.

Validar lo que sentimos, enseñar que las emociones no son signo de debilidad y ofrecer espacios donde se pueda hablar sin juicio, son formas concretas de atención y cuidado.

En lugar de expresar frases como: "estas exagerando" o "tenés que ser fuerte".

Se puede decir: "¿te gustaría que hablemos?" o "estoy para escucharte si lo necesitás".

Esta forma de respuestas empáticas favorece a la apertura emocional y fortalecen los vínculos.

En las instituciones educativas y laborales también es clave fomentar una cultura que:

• Promueva el bienestar psicológico, esto incluye hablar sobre las emociones y el malestar emocional,
• brinde talleres sobre salud mental
• y capacite a los docentes y líderes en habilidades de comunicación empática.

Cuando las personas sienten que su entorno valida sus emociones y se sienten acompañados es más probable que busquen ayuda de manera temprana y sostenida.

Es importante revisar el lenguaje cotidiano. Evitar expresiones como "estás loco" o "eso es para personas débiles", esto contribuye a eliminar el concepto cultural negativo hacia la salud mental.

Hablar de lo que sentimos, escuchar y empatizar con los demás puede salvar vidas. Romper el silencio es el primer paso hacia el bienestar emocional y la prevención en salud mental.

Acompañemos sin juzgar, escuchemos sin interrumpir.

Normalizar el cuidado de la salud mental y la psicoterapia contribuye a una cultura con mayor bienestar.