
Prevencion del suicidio en adolescentes
1 Agosto 2025
Consultas al Doctor
El suicidio adolescente es una realidad dolorosa que sacude a familias, escuelas y comunidades enteras. Es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años en muchos países del mundo.
Detrás de cada estadística hay un rostro, una historia, y muchas veces, señales que pudieron haber sido comprendidas y atendidas a tiempo. Como padres, tenemos un rol fundamental en la prevención. Este artículo busca ofrecer orientación clara, empática y práctica para acompañar emocionalmente a nuestros hijos en los momentos más vulnerables.
1. Entender el dolor emocional adolescente
Durante la adolescencia, los cambios hormonales, sociales y emocionales son intensos.
El cerebro aún está en desarrollo, especialmente las áreas responsables de la regulación emocional y la toma de decisiones. Esto los hace más impulsivos y sensibles al rechazo, la humillación, la soledad o las presiones académicas.
No debemos subestimar frases como: “no le encuentro sentido a nada”, “no valgo para esto” u “ojalá no existiera”. Estas expresiones pueden ser pedidos de ayuda disfrazados de apatía.
2. Señales de alerta que todo padre debe conocer
- Aislamiento progresivo (de amigos, familia, actividades que antes disfrutaba).
- Cambios bruscos en el estado de ánimo.
- Conductas autolesivas (cortes, golpes, quemaduras).
- Cambios en el sueño y apetito.
- Fracaso escolar repentino o falta de interés.
- Comentarios sobre la muerte o despedidas indirectas.
- Entrega de objetos personales con valor emocional.
3. La importancia del diálogo y la validación emocional
Muchos padres sienten temor de preguntar directamente si su hijo ha pensado en hacerse daño. Sin embargo, hablar del suicidio no incita a cometerlo; por el contrario, puede ser un enorme alivio para el adolescente sentir que alguien lo ve y no lo juzga.
“He notado que estás triste desde hace un tiempo, ¿te gustaría hablar de eso?”; “¿Alguna vez te sentiste tan mal que pensaste en hacerte daño?” Estas preguntas, formuladas con amor, pueden salvar vidas.
Lo importante es escuchar sin minimizar (“eso no es para tanto”) ni dramatizar (“¡cómo se te ocurre pensar eso!”). Validar no significa estar de acuerdo, sino aceptar que su dolor es real.
4. Cuándo buscar ayuda profesional
Si sospecha que su hijo está atravesando una depresión o riesgo suicida, no espere. Acudir a un psicólogo o psiquiatra no es exagerado, es preventivo.
Un profesional puede evaluar la gravedad de los síntomas, intervenir a tiempo y brindar un plan de tratamiento que incluya contención emocional, acompañamiento familiar y, si es necesario, medicación.
En casos de riesgo inminente, no se debe dejar solo al adolescente. Se debe buscar ayuda de emergencia, acudir a un centro médico o contactar líneas de prevención del suicidio de inmediato.
5. Cuidar el entorno emocional en casa
El ambiente familiar tiene un impacto profundo en la salud mental adolescente. Algunas prácticas que ayudan a construir un hogar protector son:
- Establecer rutinas y tiempos de calidad juntos.
- Fomentar el diálogo emocional abierto.
- Ser modelos de autocuidado y manejo del estrés.
- Estar atentos a los conflictos, pero abordarlos sin violencia verbal.
- Limitar el acceso a contenido digital nocivo o redes sociales sin supervisión.
6. No está solo: recursos y redes de apoyo
Si como madre o padre se siente sobrepasado, también merece contención. Existen grupos de apoyo, profesionales, docentes y líneas de emergencia que pueden acompañarle en este camino. Prevenir el suicidio es una tarea colectiva que requiere sensibilidad, conocimiento y acción.
Ningún adolescente debería sentir que está solo en su dolor. Como adultos, nuestra presencia puede ser el puente entre la desesperanza y la posibilidad de salir de este túnel negro.

Mg. María Teresa Galeano
Psicóloga Clínica - Máster en Terapia Familiar
Reg. Prof.: 865