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Pantallas y salud mental

Desde videojuegos hasta redes sociales, el tiempo frente a las pantallas puede ser útil y una fuente de aprendizaje, así como también un riesgo para la salud mental si no se usa adecuadamente y con moderación.

Establecer límites claros sobre el uso de dispositivos electrónicos

Es importante acordar horarios específicos para actividades como videojuegos, televisión y redes sociales, y asegurarse de cumplirlos. Por ejemplo, establecer momentos de “cero pantallas” durante las comidas o al menos una hora antes de dormir puede mejorar la calidad del sueño y fomentar la conexión familiar. Estos pequeños cambios contribuyen significativamente a la salud mental de los niños y adolescentes.

Como padres, el desafío no es eliminar las pantallas, sino encontrar un equilibrio que fomente el bienestar emocional y permita disfrutar de momentos con amistades y familia.

Ofrecer alternativas atractivas y saludables

Proponer actividades al aire libre, como caminatas, juegos o deportes, así como disfrutar de juegos de mesa, cenas en familia o sesiones de música juntos, no solo disminuye la dependencia de los dispositivos, sino que también fortalece los lazos familiares y estimula habilidades sociales y creativas.

Es esencial dar el ejemplo

Los padres son el principal modelo a seguir para sus hijos. Si un niño ve que sus padres pasan mucho tiempo frente a una pantalla, será mucho más difícil convencerlo de reducir su propio tiempo digital.

Por ello, es esencial desconectarse durante los momentos familiares, aprovechando ese tiempo para fomentar conversaciones y actividades significativas. Mostrar un balance saludable en el uso de dispositivos enseñará a los hijos a hacer lo mismo.

No se trata de demonizar la tecnología, sino de aprender a convivir con ella de manera más saludable.

Hablar con los hijos sobre los riesgos físicos y emocionales que puede acarrear el uso excesivo de pantallas es una excelente manera de ayudarlos a entender y aceptar los límites establecidos.

Un equilibrio adecuado entre el tiempo digital y las interacciones personales es crucial para la salud mental y el fortalecimiento de la dinámica familiar.

En un mundo hiperconectado, a menudo los momentos más valiosos son los que compartimos desconectados, pero juntos .