LA LACTANCIA LUEGO DEL AÑO DE VIDA
1 Junio 2023
Consultas al doctor
Llegar al año de lactancia es todo un éxito y en muchas ocasiones no suele ser nada fácil.
Las madres se ven sometidas a una presión constante por parte de la sociedad y, en ocasiones por los sanitarios, que consideran que el bebé es demasiado mayor para seguir mamando y opinan que la lactancia interfiere en su relación con la comida; sugieren, de manera errónea, que si se les deja de dar el pecho van a comer más, pero no es así.
¿Qué pasa?
A partir del año de vida los bebés reducen su velocidad de crecimiento, lo que se traduce en un descenso de la ingesta de alimentos, aunque no por eso reducen la demanda de pecho o dejan de mamar.
Abandonar la lactancia para intentar que coman más solamente causa que el niño reciba menos alimentos; pese a lo que se cree, la leche materna sigue siendo nutritiva y adecuada para los niños a partir del año.
Cuando la velocidad de crecimiento se incrementa de nuevo, aproximadamente sobre los 15-18 meses, los bebés empiezan a comer con mayor interés adaptándose instintivamente a sus necesidades.
A los 2 años de vida
Las recomendaciones gubernamentales relacionadas con la protección y la promoción de la lactancia materna animan a todas las madres a mantener la lactancia junto con alimentos un mínimo de 2 años.
Cada vez más madres llegan a esta etapa de lactancia y sorprendentemente a los 2 años se espera la última gran crisis de lactancia:
- Los niños demandan el pecho de manera continua, con unos requerimientos e intensidad similar a las de un recién nacido.
- Demandan el pecho de manera nerviosa y a veces inquisitiva.
- Si la madre les niega el pecho o intenta aplazar la toma, el bebé no se lo toma nada bien.
¿Qué pasa?
Se considera que a los 2 años los bebés experimentan una etapa de desarrollo similar a las de un adolescente, una etapa centrada en el NO y la autoafirmación.
Son capaces de hacer muchas cosas por sí mismos y se desenvuelven con soltura ante las situaciones diarias, pero a la vez, esta independencia les causa muchas inseguridades y la mejor manera de saber que todo va bien es mamar, es decir, pedir el pecho a cada momento.
Suele durar unos meses, hasta que el bebé adquiere más seguridad en sí mismo, entonces la demanda se normaliza y reduce.
Dra. Mirtha Talavera
Médica Pediatra - Neonatóloga - Consultora Internacional en Lactancia Materna (IBCLC)
Reg. Prof.: 6168