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No debemos posponer la ida al baño

Por las ocupaciones en el trabajo y las actividades familiares, sociales o particulares, muchas personas posponen el acto defecatorio. Otras por el hecho de no querer ingresar a un baño compartido en la oficina o público, por no parar en medio de un viaje, etc.

El deseo defecatorio cuando el recto posee contenido fecal, hace que automáticamente el cerebro libere sustancias que hacen que este órgano se contraiga y el esfínter anal se relaje para que se desencadene la defecación, esto puede durar entre unos 5 a 15 minutos.

Cuando la persona inhibe voluntariamente este deseo:

• El reflejo termina y el bolo fecal permanece en el interior del recto.
• Da lugar a la acumulación de más heces.
• El recto va absorbiendo más líquido de las heces, que van secándose.
• Se forma un contenido fecal de gran tamaño y consistencia cada vez más dura.
• La compliance rectal (adaptabilidad del recto de acomodar su contenido) aumenta.
• Con el tiempo, la persona cada vez tendrá menos sensación de que su recto está ocupado por heces, perdiendo la fuerza de contracción del músculo rectal para expulsar la materia fecal.

En los adultos mayores, el deseo defecatorio puede estar presente, pero ante la debilidad del suelo pélvico (sobre todo en mujeres multíparas y/o mayores de 70 años), la contracción del recto se pierde.

Esto hace que vayan innumerables veces al día al baño, no consiguiendo evacuar el contenido fecal. Es importante consultar con su coloproctólogo para tratar este síntoma que incluso hace que los pacientes se alejen hasta de su vida social.

Recomendaciones saludables

• Alimentarse de manera equilibrada con frutas y verduras.
• Tomar suficiente agua (aproximadamente 1 litro y medio por día).
• No abusar de frituras y bebidas alcohólicas, así como del exceso de condimentos.

No automedicarse con laxantes; muchas veces el problema no es la motilidad colónica, sino la fuerza de contracción rectal.