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¿Quién manda dentro de nosotros?

“Cualquiera que esté identificado con su mente y, por lo tanto, desconectado de su verdadero poder, de su yo profundo enraizado en el Ser, tendrá en el miedo a su constante compañero” - Eckhart Tolle.

A la pregunta ¿quién soy?,tendemos a responder haciendo alusión a nuestra profesión, o a nuestra condición de madres, padres, hermanos/as, amigos/as, etc., etc.

En el instante en que logramos quitarnos todos esos roles, etiquetas, profesiones, tareas que nos hemos colgado como parte de nuestra identidad, podremos sentir la sensación liberadora de simplemente “SER”.

Muchas veces, tenemos miedo porque esa pequeña caja nos daba una “falsa seguridad”.

A lo largo de los años, la educación, la cultura y la religión, se han encargado de programarnos mentalmente. Nos crearon ideas falsas de quiénes somos.

Nos fueron indicando quiénes deberíamos ser y cómo deberíamos comportarnos. Y así se han creado etiquetas de: “buena madre o padre”, “buena amiga/o”, “buen jefe”.

LA ADOLESCENCIA Y LA BÚSQUEDA DE IDENTIDAD

Este es uno de los momentos en los que buscamos saber quiénes somos. Es una etapa de mucha confusión e incluso angustia, crisis existenciales, porque de alguna manera, estamos construyendo nuestra identidad.

Aparecen las máscaras con las que enfrentamos el mundo, para caer bien a los demás y encajar.

Incluso hacemos los cambios que hagan falta para sentirnos aceptados, aunque esos cambios vayan contra nuestra verdadera esencia.

Llega un momento de la vida en que olvidamos quiénes somos porque cambiamos tanto para agradar a los demás, como una estrategia de supervivencia.

Las crisis son las que generalmente nos obligan a cuestionar aquello que fuimos creyendo sobre nosotros mismos, sobre el mundo, sobre los demás.

Entendemos que:

• Existen infinitas posibilidades.
• No hay una sola manera de vivir.
• No tenemos que cambiar para pertenecer.
• Lo que somos es suficiente.

Cuando podemos conectar con ese gran poder que tenemos, nos haremos libres de las ataduras de la mente y de la mirada del otro para ser quienes venimos a ser.