Cómo disciplinar desde el respeto y el amor Conceptos y prácticas para la crianza respetuosa
1 setiembre 2022
Padres al día
Nos han vendido la idea de que si criamos con amor, haremos que el niño se malcríe o estaríamos creando personas débiles. Pero, en realidad, es todo lo contrario, es allí donde fortalecemos el vínculo y los resultados son positivos y, lo más importante, es a largo plazo.
Lo que veremos en esta edición es solo una pincelada de lo profundo que realmente es aprender a disciplinar desde el respeto y el amor, teniendo en cuenta que, por lo general, ya tenemos una base de cómo disciplinar. Por lo tanto, invito a profundizar en el tema si estás dispuesto a considerar un punto de vista distinto, a través de la crianza respetuosa.
Para recordar la edición anterior: “La palabra disciplina hace referencia a la enseñanza, dar instrucciones y aprender. Por lo tanto, el niño que recibe disciplina no es aquel que solo debe cumplir con las órdenes o los castigos impuestos por su mal comportamiento, sino que es aquel que aprende a través de las instrucciones y del ejemplo.”
La disciplina respetuosa tiene varios objetivos, el primero evidentemente es que los niños hagan caso en determinado momento, que cooperen y que esa orden se cumpla de manera inmediata cuando existe alguna conducta inadecuada o de riesgo para él mismo o para otros niños.
¿Qué quiero lograr cuando corrijo una mala conducta?
-¿Que solo obedezca porque soy la autoridad? En este punto podría existir riesgos, más para los niños pequeños, el simplemente obedecer una orden porque una persona adulta se lo pide. Es importante enseñar a pensar y reflexionar, que solo obedecer la orden impuesta.
-¿Que se cumpla de manera inmediata la orden que di? Es una opción válida porque existen ocasiones que debemos corregir de manera inmediata la conducta inadecuada. En el supermercado, cuando un niño agarra un juguete y empieza a correr por todas partes poniendo en riesgo otros objetos o en un cumpleaños cuando el niño comienza a pelear con otro niño, teniendo estallidos emocionales.
-¿Cómo actuaría? Quizás, castigando de forma verbal o física o sacando privilegios.
-¿Llegaremos al primer objetivo? Sí, pero quizás no sea la mejor vía puesto que estaríamos rompiendo el vínculo afectivo con el niño. El castigo físico y los insultos despierta en el niño emociones indeseables, como la angustia, el enojo, la vergüenza y, sobre todo, el miedo. Rompiendo poco a poco el vínculo afectivo, la confianza y el respeto.
-¿O quiero enseñar habilidades no solo para el momento actual sino para toda la vida? Este sería el segundo objetivo y el principal dentro de la disciplina respetuosa. Enseñar a los niños a ser personas prósperas, felices, responsables y sobre todo autodisciplinados.
Cómo disciplinar desde el respeto y el amor Conceptos y prácticas para la crianza respetuosa
-Validar y conectar: conectar no es lo mismo que ser permisivos. Puede conectar a la vez que establece límites, de hecho, una forma de demostrar amor es poner límites claros, pero coherentes. Enseñar lo que es aceptable y lo que no. Cuando exista algún berrinche quizás deba sacarlo del lugar con un poco de contacto físico, reconocer su emoción (validar) y ayudarlo a calmarse; una vez haya llegado a la calma, reflexionar sobre lo ocurrido.
-Respetar: el respeto debe ser mutuo. Los niños también merecen nuestro respeto. No podemos enseñar a respetar mientras nosotros lo estamos insultando o agrediendo. El ejemplo será siempre la forma de aprendizaje más efectiva.
-Lenguaje y postura: si nos sentimos amenazados, la reacción innata nos impulsa simplemente a actuar como modo de defensa, lo cual no permite que podamos analizar las consecuencias de los actos o las posibles soluciones. Mediante nuestra postura podemos enviar el mensaje de ser una amenaza o transmitir calma, la mayoría de las veces, la postura que tenemos es intimidatoria; lo cual activa de forma automática la reacción del niño. Ayúdelo a llegar a la calma, por cuestiones de desarrollo cerebral, ellos no pueden calmarse solos.
Cada niño es diferente y cuando a disciplina respetuosa se refiere, el mayor desafío muchas veces no es el controlar la conducta del niño, sino controlarnos a nosotros mismos.
¿Será fácil? Quizás no. Pero el objetivo de la disciplina respetuosa es promover acciones respetuosas, y disminuir los estallidos emocionales que resultan en insultos y agresiones dañando a la persona y a las relaciones.
Ayudemos a crear personas respetuosas, consideradas y capaces de tener relaciones saludables, satisfactorias y plenas. ¡SUS HIJOS SE LO AGRADECERÁN! |
Lic. María José Rodríguez
Psicóloga
Reg. Prof.: 8.091