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Beneficios del té verde para la piel

Tradicionalmente usado en la cultura y medicina de los países orientales, el té verde ha ganado destaque por sus innumerables beneficios para la salud y la belleza.

El té verde es preparado de las hojas de la Camellia Sinensis, consumido en todo el mundo por su aroma agradable y propiedades antioxidantes.

Estas propiedades antioxidantes son atribuidas a la presencia de las catequinas, un grupo de flavonoides activos.

Cuatro principales catequinas fueron identificadas en el té verde: epigalocatequina-3-galato (EGCG), epigalocatequina (EGC), epicatequinagalato (ECG) y epicatequina (EC). Estas moléculas combaten el envejecimiento prematuro, ayudando a mantener la piel más joven y tersa, y a combatir las arrugas, el daño producido por el sol y otras señales de la edad.

Veamos cómo el consumo de té verde beneficia a nuestra piel

Los beneficios de sus compuestos antioxidantes afectan a cada capa de la piel. En el estrato córneo, este efecto se debe, principalmente, a su fuerte actividad antioxidante. En las capas más profundas de la piel, los polifenoles del té exhiben efectos protectores significativos contra la radiación ultravioleta y afectan la actividad de varias enzimas. Al inhibir estas enzimas, el té y sus extractos retrasan significativamente los signos del envejecimiento de la piel. Esto se debe a que estas enzimas tienen un efecto destructivo sobre el ácido hialurónico, la elastina y el colágeno. En la dermis, estos compuestos mejoran la microcirculación y la condición de los vasos sanguíneos, lo que da como resultado una mejor nutrición y oxigenación de la piel. Además, los polifenoles tienen un efecto protector sobre el ácido ascórbico (vitamina C), ya que evitan su oxidación. Esto es muy importante, ya que la vitamina C está involucrada en la síntesis de colágeno, fundamental para la firmeza de la piel.

Efecto antienvejecimiento

Los polifenoles del té verde ejercen efectos antienvejecimiento a través de la reducción de la actividad de una enzima llamada colagenasa. Esta enzima degrada el colágeno.

Las fibras de colágeno son las responsables de dar sustentación y firmeza a la piel. Al reducir la actividad de esta enzima se minimiza la aparición de arrugas y la flacidez.

Su contenido en catequinas le otorga acción antioxidante y antiinflamatoria, de esta manera se puede combatir los radicales libres responsables por el envejecimiento prematuro de la piel, y así lucir una piel más tersa y rejuvenecida.

Protege contra los rayos UVB

El principal antioxidante del té verde, el galato de epigalocatequina (EGCG), y su capacidad fotoprotectora se ha demostrado por su eficacia en el retraso del eritema cutáneo tras radiación UVB.

Reduce los efectos adversos en la piel provocados por la exposición a la radiación UV: eritema, inflamación y deshidratación.

Previene el cáncer de piel

Estudios recientes han demostrado que los antioxidantes del té verde previenen la inflamación y el desarrollo de leucocitos que pueden ser una señal de cáncer, ni tampoco se detectó la división celular asociada con las primeras etapas del cáncer de la piel.

Beber de 2 a 4 tazas al día de té verde podría estar asociado a este efecto preventivo.

Piel saludable y luminosa

El consumo de té verde mejora la hidratación, firmeza y elasticidad de la piel. Los flavonoides además mejoran el flujo sanguíneo, o sea, mejoran la microcirculación lo que facilita el transporte de oxígeno y nutrientes a la piel. Esto promueve la elasticidad y disminución de la rugosidad, además de proporcionar una mejoría en la humedad de la piel.

Todo esto en conjunto, le otorga a la piel un aspecto más saludable, luminoso y joven.

Otras características estructurales de la piel son afectadas positivamente con el consumo de té verde, incluyendo la elasticidad, la aspereza, la descamación, la firmeza y la humedad. Un estudio demostró que el consumo de té verde, durante 12 semanas, aumentó notablemente el flujo sanguíneo y la oxigenación de la piel, lo que mejoró la calidad general de la piel de las mujeres.