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Asumir la responsabilidad

Cuando un bebé que empieza a caminar choca con una mesita de luz, ¿cómo le consolamos los adultos?: “Mesa mala, mesa mala”. Pero con ello, ¿qué mensaje estamos dando? Que la culpa la tiene la mesa.

Un amigo chocó contra un árbol y dijo: “árbol de mi@# ...” Y aunque el ejemplo parezca chistoso, toda nuestra vida nos la pasamos buscando culpables de nuestras desgracias.

Culpar a los demás por haber arruinado su vida le bloqueará y no podrá responder.

El éxito en cualquier escala requiere que asuma la responsabilidad

Hoy en día, la gente está más preocupada por sus derechos que por sus responsabilidades.
Cada día, en nuestro país crece más la industria de la victimización.

Los buenos líderes nunca adoptan la mentalidad de la víctima. Lo que hoy soy y dónde hoy estoy, sigue siendo mi responsabilidad; no de mis padres, mi cónyuge, el gobierno, mis jefes.

Leyendo la cultura japonesa, me asombró algo. Haciendo la comparación entre los sindicatos de América Latina y los sindicatos japoneses; nuestros sindicatos tienen pliegos de peticiones (más vacaciones, más días libres, menos horas a la semana, no trabajar el día de cumpleaños y más), y en Japón existe el pliego de ofrecimientos, el sindicato propone a la empresa aumentar al 20% la productividad y con ello consultan: ¿qué ofrece a cambio la empresa? O en cambio, proponen bajar el margen de error a un tanto por ciento, y... ¿qué ofrece la empresa?

Necesitamos líderes responsables, comprometidos con su propio desarrollo

La persona responsable tiene la capacidad de terminar lo que comenzó. Es de un valor incalculable encontrar a alguien que asuma la responsabilidad, termine y continúe hasta el último detalle lo que ha emprendido. Nadie puede hacer el mínimo y alcanzar el máximo potencial.
La diferencia está en trabajar con amor, vivir con pasión, y lo que le toque hacer, le guste o no, decidir hacerlo con amor. Entregue lo mejor de usted, y la vida le entregará lo mejor.