
¿A que edad acudir al geriatra?
1 Mayo 2025
Consultas al doctor
En la práctica médica, persiste cierto tabú en torno a la palabra “geriátrico”, ya que muchas personas la asocian con discapacidad física o mental. Como especialistas en salud, es fundamental generar conciencia para desterrar este concepto y resaltar el papel clave de la geriatría en la promoción de un envejecimiento saludable.
Si bien, con fines estadísticos, se recomienda acudir al geriatra a partir de los 60-65 años, el proceso de envejecimiento comienza mucho antes. De hecho, hay pacientes de alrededor de 50 años que ya presentan características biológicas propias de un paciente geriátrico. A su vez, cada vez más personas de edad avanzada mantienen un excelente estado de salud.
Asimismo, algunas enfermedades congénitas o adquiridas pueden generar un perfil geriátrico en personas más jóvenes, lo que hace aún más importante la consulta temprana con un especialista.
La prevención como clave del bienestar
Uno de los principales motivos para acudir al geriatra es la prevención, que puede ser:
• Primaria: Se realiza antes de que ocurra un evento agudo, lo que sería ideal.
• Secundaria: Se aplica tras haber padecido una enfermedad física o mental, con el objetivo de evitar nuevos episodios y controlar los síntomas de manera adecuada.
A diferencia de un especialista en Medicina Interna, el geriatra realiza una Valoración Geriátrica Integral (VGI) tanto en la primera consulta como en los controles posteriores. Esta evaluación exhaustiva abarca diversos aspectos clave para el bienestar del paciente.
¿Qué incluye la Valoración Geriátrica Integral?
1. Aspecto funcional:
• Evaluación del grado de independencia en la movilidad y la administración de medicamentos.
• Detección de problemas como incontinencia, estreñimiento o retención urinaria.
• Análisis de la situación nutricional, tanto con pruebas de laboratorio como con cuestionarios específicos para evaluar el riesgo de malnutrición.
2. Salud mental:
• Detección de posibles deterioros cognitivos, depresión, ansiedad o insomnio.
• Evaluación del estado emocional, dado que la salud mental es clave para la calidad de vida.
3. Riesgo de caídas:
• Aplicación de pruebas clínicas para medir el equilibrio y la marcha.
• Recomendación de actividades físicas adaptadas, como ejercicios de fuerza y resistencia, caminatas, hidroterapia, pilates o fisioterapia.
4. Evaluación del uso de medicamentos:
• Análisis de los fármacos que consume el paciente, ya que algunos pueden volverse inapropiados con el tiempo debido a sus efectos secundarios.
El geriatra posee una formación amplia en diversas áreas médicas, incluyendo neurología, cardiología y reumatología, lo que le permite detectar precozmente la necesidad de derivar al paciente a un especialista para un tratamiento más específico.
Frecuencia de las consultas geriátricas
La periodicidad de las consultas dependerá de la condición de cada paciente:
• Pacientes estables y en buen estado general: Cada 3 a 6 meses.
• Personas muy longevas con múltiples patologías: Idealmente, cada 1 o 2 meses.
• Pacientes con problemas agudos o en ajuste de medicación: Controles más frecuentes, según cada caso.
El envejecimiento no debe verse como sinónimo de deterioro inevitable. Con un adecuado seguimiento geriátrico, es posible mantener una excelente calidad de vida y prevenir complicaciones.

Dra. Paola Beatriz Gómez Buongermini
Geriatra
Reg. Prof.: 7391