
7 Claves para un divorcio civilizado
1 Agosto 2025
Consultas al Doctor
Divorciarse nunca es fácil. Es una experiencia que toca fibras profundas: sueños que no se cumplieron, cambios inesperados, emociones intensas. Pero también puede ser un acto de amor propio, una puerta hacia una vida más auténtica y serena. Porque sí, es posible separarse sin destruirse, sin convertir el final de una relación en una guerra.
No hay fórmulas mágicas, pero sí decisiones conscientes. Una de las más valientes es elegir la paz sobre el conflicto, incluso en medio de la tormenta emocional.
- Cambie el enfoque
Divorciarse no es fracasar, es elegir el bienestar. En lugar de enfocarse en lo que termina, piense en lo que puede comenzar: libertad emocional, claridad mental, espacio para sanar y crecer. - Hable con respeto, incluso si duele
La rabia puede nublar la comunicación, pero las palabras dichas desde el enojo dejan heridas profundas. Hablar con respeto, aunque cueste, es una muestra de madurez emocional y evita conflictos innecesarios. - No convierta el proceso legal en un campo de batalla
El divorcio es un trámite legal, no una guerra. Un buen abogado busca acuerdos justos, no revancha. Siempre que sea posible, opte por la mediación y el diálogo. - Si hay hijos, recuerde: ellos no se divorcian
Sus hijos merecen saber que, aunque la familia cambie de forma, sigue siendo un espacio seguro. No los ponga en el medio ni hable mal del otro progenitor. Hágales sentir que son amados incondicionalmente por ambos. - Apóyese: no tiene que hacerlo solo/a
Buscar apoyo no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Hablar con un terapeuta, un amigo sabio o un grupo de apoyo puede marcar la diferencia. Merece sentirse acompañado/a. - Permítase llorar, pero también soñar
El duelo por una relación que termina es real. Llore si lo necesita, pero no se quede estancado/a. Con el tiempo, volverá a soñar, a descubrir nuevas versiones de sí mismo/a y a construir una vida más plena. - Practique el perdón
Perdonar no significa justificar ni olvidar, sino liberarse de la carga emocional que ya no necesita. Perdonar al otro —y también a usted mismo/a— es un paso esencial hacia la sanación.
Divorciarse de forma civilizada no es una utopía. Es una elección que transforma el dolor en sabiduría, el conflicto en crecimiento, y el final en una oportunidad.
Quizás hoy no lo vea con claridad, pero llegará el día en que agradecerá haber elegido la calma. Cerrar un capítulo con respeto también es una forma de honrar lo vivido y de preparar el alma para lo que viene.
La aceptación es una forma de amor propio
Separarse a tiempo, cuando ya no hay un camino compartido, puede ser el acto más sabio para evitar que el resentimiento se convierta en daño emocional.
Divorciarse en paz no solo cierra una historia: abre la puerta a una nueva, sin cicatrices innecesarias.
Significa aprender de la experiencia, crecer con ella y avanzar más liviano hacia un futuro mejor.

Lic. María Lourdes Agüero
Psicología Clínica- Especialización en Terapia Cognitiva Conductual
Reg. Prof.: 7396