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... ocular: causas y tratamiento - Dr. Walter Martínez Gill – Oftalmólogo Cirujano »

El derrame ocular también conocido como hemorragia subconjuntival o hiposfagma, se caracteriza por la aparición de una mancha roja de sangre bajo la conjuntiva ocular. Esto se puede producir por la rotura de algunos de los vasos sanguíneos o capilares que existen en esa zona tan importante del ojo. La sangre se aloja en la zona anterior del ojo y no atraviesa la parte del limbo corneal. Es decir, se queda entre la conjuntiva esclerótica y la bulbar.
Qué es la conjuntivaPara entender correctamente qué es este derrame ocular, es necesario que sepamos a su vez qué es la conjuntiva y cuál es su función. Básicamente se trata de una fina membrana que recubre el ojo, una especie de tela transparente, elástica y muy fina que tapa la esclerótica, es decir, la parte blanca de los ojos. La conjuntiva dispone de diversas funciones, entre ellas, la de ofrecer protección a los ojos y lubricar la zona corneal. Cuando se produce una hemorragia en esta zona es porque alguno de los vasos sanguíneos que contiene esta fina capa se ha roto y ocasiona la aparición de manchas rojas en el ojo.
Causas de la hemorragia subconjuntivalEn primer lugar, hay que tener en cuenta que no existen síntomas que nos puedan hacer prevenir o esperar una hemorragia en la conjuntiva. Las causas por las que puede aparecer un derrame de este tipo son muy variadas, pero generalmente se debe a aumentos bruscos de la presión sanguínea, que suelen provocar los estornudos o la tos fuerte. Un golpe en el ojo o, incluso, frotarse los ojos enérgicamente también pueden ser desencadenantes de estos traumatismos. Otras causas, aunque menos frecuentes, indican que este tipo de hemorragias pueden estar ocasionadas por la hipertensión arterial o la diabetes mellitus e incluso por enfermedades hematológicas o toma de medicación que altere la coagulación.
Si el sangrado es recurrente o demasiado exagerado, será necesario acudir al oftalmólogo de inmediato. El profesional sabrá evaluar debidamente los factores de riesgo y, con la información que le aporte la historia clínica concreta, podrá establecer un diagnóstico fidedigno y las indicaciones necesarias para tratar el problema persistente.
Debido al carácter no peligroso de esta patología y a la zona en la que aparece el derrame ocular, es decir, la mancha de sangre, no existen tratamientos estandarizados para curar la formación de estos parches rojos en la conjuntiva esclerótica. Aunque sí que está indicado revisar periódicamente la presión arterial siempre que se padezca un derrame ocular de estas características. El derrame se suele reabsorber, generalmente, en un plazo de entre 8 y 10 días. Aunque puede tardar hasta un mes entero en desaparecer. Es fundamental tener en cuenta que la conjuntiva no dispone de ningún tipo de anclaje, por lo que es muy frecuente que durante algunas horas posteriores a la aparición del sangrado, esta hemorragia pueda continuar aumentando de tamaño. Si ocurre esto no debe de existir alarma, ya que se terminará reabsorbiendo en los plazos habituales. Un derrame ocular no tiene tratamiento pero requiere revisar la presión arterial. Si durante la aparición del derrame ocular tenemos irritación constante en el ojo, se podrían indicar lágrimas artificiales, descongestivos. No obstante, ante cualquier síntoma sospechoso o complicación aparente, lo ideal será acudir a la consulta oftalmológica para que sean los profesionales quienes se ocupen del problema.
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